jueves, 7 de marzo de 2013

Evasivas y hechos ciertos

30 de Junio de 2010
A la atención de: Santiago Mayayo.
Alcalde del Muy Ilustre Ayuntamiento de Buñuel

Muy Señor Alcalde:
      He recibido la comunicación de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento que usted preside Nº 869 en respuesta a mi escrito Rº de Entrada 883/2010 y en primer lugar le quiero agradecer muy sinceramente la deferencia, que por primera vez, ha tenido a bien advertir conmigo.
     Yo conocía, siempre de oídas, la manera de responder que tiene algunas veces la administración para contestar a sus administrados y a la que le llaman silencio administrativo. A mi usted, seguramente llevado por esa deferencia me ha contestado con una fórmula que la verdad es que desconocía absolutamente: contestar a lo que no se solicita sin tampoco decir nada. “no considera oportuno programar unos actos a celebrar después de la terminación de su mandato” Dice.

      La contestación que me ha trasladado la he llevado a consultar a algunas personas de mi entorno ¡abogados hay y todo¡ y todos me dicen que lo que tengo que hacer es pedir una aclaración de lo que me han querido decir con su traslado. Sin embargo, me pongo a discurrir para mis adentros y pienso, que si pido una aclaración, va a creer usted que yo soy tonto.

         Cuando yo le digo al inicio de mi escrito Rº de Entrada 883/2010 “se han de programar unos actos singulares…”
         No estoy pidiendo que se programen estos actos por usted, entre otras cosas porque en la misma carta ya le presentaba el programa de actos que se van a organizar para esas fechas tan señaladas.

En el mismo escrito Rº de Entrada 883/2010 “aprovecho la ocasión para solicitar… el permiso pertinente para celebrar estos actos en mi propio nombre y bajo mi única y exclusiva responsabilidad…”
            Este permiso, sí que le solicito muy atentamente.

No obstante también es verdad que en este escrito Rº de Entrada 883/2010 le confieso que “tan persuadido estoy, de que tanto usted como su corporación estarán dispuestos a colaborar con la financiación y la organización de los eventos de recuerdo…” y  en la confianza de que podré contar con su colaboración y que usted contará con la mía…”
            Es posible que a estos deseos sea a lo que usted me haya contestado.


Tan seguro estoy, de que dada la trascendencia del asunto y lo trágicas y funestas de las características de los hechos que bien conocemos:
* Fueron cincuenta hombres de Buñuel y una mujer.
* A ninguno de ellos, nunca nadie le pudo acusar del nada.
Su tribunal de justicia fue el mostrador de las denuncias.
* Sin embargo fueron a buscar a los inocentes a sus casas.
* Los hijos recuerdan a todos aquellos desalmados que fueron a por sus padres.
* Salvajes, los asesinaron a tiros a golpes y a cuchilladas.
* Luego, tiraron sus cuerpos derribados por los golpes y las balas allí dónde nadie sabe.
* Quedaron más de ciento treinta niños sin padre.
* Todavía viven una cuarta parte de aquellos huérfanos.
* Todo el pueblo sabía quienes fueron los criminales y calló.
* Sus verdugos quedaron impunes y algunos con honores.
* A ningún criminal persiguió nunca la justicia.
* Nadie reparó a los descendientes de las víctimas.
* Nunca se ha hecho un reconociendo a la injusticia.

 Espero confiado que atenderá la solicitud de financiación que presentaré dentro de unos meses, parte de la cuál es necesaria antes de la terminación de su mandato, para que estos actos lleguen a buen fin. También espero humildemente que dejará usted a la próxima corporación esta labor de reconocimiento de la injusticia que fueron estos crímenes, lo suficiente trabajada, para que en ese momento nadie pueda aducir premura de tiempo, puesto que el año que viene es el momento, luego ya es tarde.

En la confianza de que para que no se magnifiquen dolosamente estos actos, podré contar con su colaboración y que usted contará con la mía, aprovecho la ocasión para solicitar de nuevo con este mismo escrito: el permiso pertinente para celebrar los actos a los que hacía referencia en escrito Rº de Entrada 883/2010 en mi propio nombre y bajo mi única y exclusiva responsabilidad.
Esperando sea de su atención.
Muy atentamente.
 

Tres fotografías de la pared oeste del cementerio de Buñuel.
Aparecen las marcas de las balas de los fusilamientos que allí seejecutaron
 
 .
 
 
 

2 comentarios:

  1. Pasado casi cuatro años niegan que no quisieran empadronarme y escribo al nuevo alcalde
    Joaquín Pórtoles Beltrán
    Alcalde del Muy Ilustre Ayuntamiento de Buñuel.

    Sábado 9 de Marzo de 2013.
    Muy señor alcalde:
    Como mejor proceda:
    Lo cierto es que me reprimo en muchas ocasiones de mandarle unas líneas con mi parecer. Este aguantarme no es solamente porque usted no tiene la dignidad para contestarme, sino que además: estas cartas sin respuesta a usted tampoco le sirven de nada.
    Lo que yo piense a usted no le interesa.
    Pero hoy sí, sí que le voy a replicar a la resolución 6/2013 dictada por usted con fecha 28 de febrero de 2013.
    Efectivamente, en ninguna de las tres ocasiones en las que Juana María Lecumberri y yo mismo tratamos de empadronarnos en nuestro pueblo natal, en ninguna de las tres, nadie, nadie, nos dijo que presentáramos la solicitud por escrito.
    Le refiero:
    La primera vez, la funcionaria Ana Chueca, perpetrada tras el mostrador de la alcaldía, con sus palabras bailando tras una sonrisa juguetona, le dijo a Juana María Lecumberri que no nos empadronaba. En ningún momento le dijo que rellenara el papel de empadronamiento.
    La segunda vez, esta misma funcionaria, desde el mismo lugar pero ya con la sonrisa huida de su cara, nos dijo a Juana María Lecumberri y a mi mismo, que no nos podía empadronar, que ya era una cuestión que debíamos hablarla directamente con el señor secretario. No nos dijo que rellenáramos el impreso de empadronamiento.
    Al rato el señor secretario: Juan Antonio Pérez, refrendando su poder tras la mesa de secretaría, en un tono tan cordial como hipócrita, y mientras hojeaba la sentencia que le habíamos llevado y que aseguraba que la casa en la que pretendíamos empadronarnos era mía y la guardaba en el cajón de sus papeles, nos dijo: a mí y a mi esposa, que tenía que consultarlo con el alcalde.
    A los pocos días, por teléfono a Juana María Lecumberri, con parcas palabras le dijo que no nos empadronaban. En ninguna de las dos ocasiones, y a pesar de la costumbre que tiene el señor secretario de pedirlo todo por escrito, no dijo que teníamos que llenar ninguna instancia para empadronarnos,
    Ahora veo que ante tamaña faena mejor es que no queden pruebas.

    En cuanto a que el señor secretario certifique que ni yo un mi esposa le hemos entregado ninguna sentencia, lo único que demuestra es que el señor secretario es un MENTIROSO con mayúsculas.
    En todo caso, por qué si no, cuando algunas personas han intercedido por mí y han ido a pedirles explicaciones tanto a él mismo como al anterior señor alcalde Santiago Mayayo nunca le han negado los hechos, e incluso los han justificado con la propia sentencia.
    Si quiere en otra le doy los nombres de estas personas.
    Y en otro caso, por qué ninguno de los dos, ni alcalde ni secretario, contestaron a mis cartas de fecha 15 de Junio de 2007 y 1 de febrero de 2010 respectivamente y de las cuales le adjunto copia.

    En cuanto a nuestro deseo de empadronarnos en nuestro pueblo, tenga usted la seguridad de que estamos deseando poder hacerlo, pero habremos de esperar a que hayan desaparecido de esa casa consistorial: los ladrones de derechos, los corruptos a soldada y los caciques del partido, tal y como dijo en su momento Anselmo Bordonaba Portolés en una situación muy similar a esta.
    Esperando sea de su atención.
    Muy atentamente.
    Pedro José Francés Sayas.

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  2. Antes le había escrito al alcalde que dio el visto bueno y consintió que no me quisieran empadronar

    Sr. Alcalde presidente de la villa de Buñuel.

    Como mejor proceda:
    Cuando la ley y la norma atenta contra la realidad que nos acorrala y no puede reflejarla, y el hombre que nos administra y nos gobierna no se atreve a interpretarla como hubiera debido, para antes o después, sin estridencias ni excepciones atemperarla en beneficio de quien fuere, no podemos los ciudadanos, sino volver a constatar: la riqueza espiritual, la capacidad intelectual y la calidad humana de quien se rasca el pie… cuando le pica la cabeza.
    Yo quería volver a empadronarme en mi pueblo, en mi casa, y no porque sí ni porque me diera la gana, sino porque me recuerdo de niño jugando en el carasol a las vacas… y sin embargo, en la casa con porches que hace esquina en esta pequeña plaza, me dicen que no, y no porque no, sino porque hay un toro suelto recorriendo las calles y mejor no hacer nada, como si no pasara nada, tal y como aconsejan los pastores timoratos mientras se agarran las manos en la cabeza, en lugar de correr los pies tras el animal que como siempre ocurre, huyendo escapará hacia el campo.
    Es igual lo que pueda decir cualquier papanatas al que nadie hubiere preguntado… pero yo en mi pueblo tengo mi casa, y ya no sé si me apetece estar allí empadronado, y no porque se haya cometido o no una injusticia conmigo, aunque pudiera ser el caso, ni porque lograra obrar a mi libre albedrío, que tampoco, sino porque habré de recordar todavía largo rato, a aquellas golondrinas que ya se fueron, y que volaban de arriba abajo y de abajo arriba en la calle de las monjas, mientras que los mocetes más aviesos, con las piedras que lanzaban con sus perigallos, rompían sus nidos construidos de briznas y barro en los salientes de los tejados.
    También aquellos se rascaban la cabeza hasta estirar de sus pelos cuando fallaban y sus pies brincaban cuando acertaban.
    Muy atentamente

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